EL ESCENARIO es una de las bodegas especiales del Museo Nacional en Bogotá. Entre un colorido vecindario de obras de Arte, apiñadas una detrás de otra sobre una especie de rejilla corrediza, llama la atención el retrato al óleo de un enigmático hombre de cara seca, de aspecto huraño, que permanece mirando al frente con algo de frialdad. Nunca se supo el nombre del personaje que posó para el pincel y la tela, hace como dos siglos. La historia dirá que se trata de una de las pinturas del retratista EUGENIO MONTOYA, toda una «Obra clásica».
Dos retratos del pintor Eugenio Montoya
Siguiendo la línea de esos insólitos y bizarros acontecimientos que a diario brotan de esta tierra rebautizada «Macondo», siglos después, ese mismo retrato del hombre sin nombre, aterrizaría en la sala de una de las mansiones del poderoso capo del «Cartel de Medellín» GONZALO RODRÍGUEZ GACHA, alias «El Mejicano», un sanguinario criminal que no pasó de Quinto de Primaria, que casi ni aprendió a escribir, y menos a conocer algo de ese refinado y elitista mundo llamado el «Arte Universal».
«Con el dinero se puede comprar hasta el buen gusto«, dijo alguna vez un oficial de la Policía luego de allanar una casa del mismo «Mejicano», en el norte de Bogotá, que tenía grifos de oro en todos los baños y tazas de inodoro de un material muy parecido a la porcelana.
Alias «El Mejicano», abatido en 1989
Por qué «El Mejicano» llegó a ser el dueño de semejante lujo, digno de jeques, magnates y miembros de monarquías? Arribismo? Lavado de plata sucia del narcotráfico? Arrebato de un nuevo millonario?
Un analista de este «matrimonio» Arte-Mafia, alrededor del cual literatura de toda índole se ha escrito, descarta de plano que la intención del capo GACHA haya sido lavar su fortuna de dólares en efectivo, revendiendo la obra. A decir verdad, poco interés comercial podría despertar una pintura de esas en aquella época, comienzos de la década de los 90, cuando el gusto artístico de la mayoría de los «reyes» de ese bajo mundo criminal se inclinaba hacia pinturas más vistosas, coloridas, que les resultaran atractivas a las visitas de los fines de semana a sus fincas y casas de recreo, donde ostentaban su «buen gusto» entre familiares, amigos e invitados.
Parte del inventario de obras de Arte incautado a la mafia
El retrato del maestro MONTOYA no es el único de la «galería» de obras de arte que en sus años dorados fueron adquiriendo los jefes de los carteles de droga. La Sociedad de Activos Especiales, SAE, se ha dado a la tarea de recopilar estas valiosas pinturas que las autoridades colombianas fueron encontrando, colgadas en salas de las casas y apartamentos allanados a la mafia colombiana, especialmente en Antioquia, el Valle, la Costa y Bogotá.
Se cuenta por cientos, el Arte incautado a la mafia. Pinturas, son más de 200. Pero también reposan en bodegas de la SAE otras mil bellezas incautadas a la mafia, que ya pertenecen al Estado y pronto podrían salir a la venta. Además de los cuadros clásicos, reposan esculturas, bustos, carteras «Louis Vuitton«, vajillas y relojes Rólex, y de otras afamadas marcas, con incrustaciones de diamantes y esmeraldas y hebillas de oro.
«Algún día deberán exhibirse en un mismo sitio, como una manera de generar conciencia entre la sociedad, obviamente acompañada esa exhibición de una charla previa a los asistentes, sobre la forma como estos delincuentes derrochaban sus grandes fortunas, bien sea para lavar su dinero mal habido, o por simple arribismo social«, va explicando la doctora AMELIA PÉREZ PARRA, presidenta de la SAE, mientras camina entre los cuadros enjaulados bajo llave en el Museo Nacional, al tiempo que, lista en mano, verifica a qué delincuente perteneció cada uno de ellos.
La bodega en la que algunos de los cuadros sobreviven bajo protección especial, es invisible para el público que a diario visita el Museo Nacional. Y se entiende. Mucho del arte que aquí se mantiene a buen resguardo, fue proclamado «Patrimonio Nacional». Lo incautado a la mafia se codea con colecciones de Botero, Grau, Caballero, entre otros. Llama la atención que uno de los capos que más figura como propietario de obras de arte recuperadas, es el narcotraficante del Valle JOAQUÍN MARIO VALENCIA, conocido en el mundo del hampa con el alias de «El Caballista».
Alias «El Caballista», extraditado a USA
En el inventario en poder de la SAE, por lo menos 20 de los cuadros más visibles le pertenecieron a «El caballista«, un narco capturado por allá a principios del año 2000, luego extraditado a Estados Unidos, donde fue condenado luego de probarse que era de su propiedad el buque «Harbor», sorprendido por la DEA en alta mar, viajaba repleto de kilos de cocaína que tenían como destino las costas del sur de la Florida.
Por lo visto, «El caballista» no tenía un gusto muy definido por el Arte. En su poder había bodegones, paisajes, retratos de reyes y/o duques, santos, cristos, mujeres de Realezas europeas, fachadas, playas, etc, la mayoría «Sin título» y algunas de autor «Desconocido». Hay unas de bajo precio, apenas 5 millones, pero otras que casi alcanzan los 100 millones de pesos, según los avalúos vigentes.
De todo como en «Botica»
De esta «galería» improvisada, ahora bajo administración de la SAE, también hacen parte otras pinturas igualmente connotadas y de gran valor comercial. En una de las bodegas de la entidad, sobresale el famoso cuadro «Los Billaristas». Se trata de una escena que recrea el momento en que tres hombres departen durante una partida de billar, en el interior de lo que parece ser el casino de una finca campestre. Lo curioso del cuadro es que los tres jugadores, son la fina estampa de los capos PABLO ESCOBAR, GONZALO RODRÍGUEZ GACHA Y JUSTO PASTOR PERAFÁN.
Pablo y El Mejicano jugando billar?
Se ven sonrientes los tres compinches. Cada uno con su taco en la mano y en actitud de estar pasándola muy bien. En la esquina izquierda inferior de la obra, aparece estampada la firma de «BELARMINO», que podría tratarse de un destacado pintor santandereano. Las autoridades siempre sospecharon que fue contratado por los tres capos para inmortalizar esa peculiar cumbre social de mafiosos. Y lograron el objetivo del encargo: inmortalizaron ese encuentro de «Reyes» del narcotráfico mundial. El cuadro fue incautado durante un allanamiento a la casa de un jefe del Cartel de Medellín.
Este sería el capo Perafán
De Rasguño y otros secretos del bajo mundo
También figuran retratos sobre óleo que, según los sabuesos de la Policía, pertenecieron al capo del Norte del valle HERNANDO GÓMEZ BUSTAMANTE, alias «Rasguño», hoy purgando prisión en Estados Unidos, a donde fue enviado en el año 2000, luego de su captura en Cuba. Este confeso delincuente llegó a ser considerado el más poderoso y multimillonario capo de capos del narcotráfico después del reinado de los RODRÍGUEZ OREJUELA, con una gran influencia en la Política y la economía regional y nacional, durante sus años de poderío.
Alias «Rasguño», extraditado a USA
Ante un medio de comunicación confesaría que, además de las obras de arte, su pasión eran los caballos de paso fino y los automóviles de alta gama. Fue uno de los primeros colombianos en ingresar al país, importado legalmente, un Ferrari Negro que le costó casi 100 mil dólares de la época. Él mismo aceptaría que solo lo montó un par de ocasiones, porque «era una boleta andar con ese carro por los pueblitos del Norte del Valle y todo el mundo me paraba a tomarle fotos al vehículo».
Cuando fue capturado, lo entregó voluntariamente a la Policía, como una prueba de su buena voluntad de colaboración con la Justicia y resarcir el daño causado con su accionar criminal. Al Ferrari Negro lo esperaba un destino algo bizarro. Curiosamente, terminó pintado con los colores verde y blanco, emblemáticos de la Policía Nacional. Lo convirtieron en patrulla, dizque para perseguir delincuentes en Bogotá. Al poco tiempo, el ambicioso plan fue abortado, pues el fino coche, diseñado para las autopistas europeas, resultó ser muy bajito de chasis, nada acorde con las calles capitalinas, mundialmente reconocidas por sus cráteres.
«Rasguño», entregándole su Ferrari a la Policía
Pero ahí no termina esta macondiana historia. Luego de ser «salvado» de su inminente destrucción y muerte en las calles bogotanas, el Ferrari empezó a ser visto en las calles de Cartagena, justo para el mes de noviembre, es decir, en pleno Reinado Nacional de la Belleza. Según se supo, la Policía lo prestó como vehículo de transporte, para recoger a las candidatas del Reinado en sus hoteles, y llevarlas al Centro de Convenciones.
El Narco-Ferrari convertido en patrulla policial
Lo más irónico de la historia es que alias «Rasguño», en plena vigencia de su poder económico, político y narco-paramilitar en el Valle y el Norte del Valle, también encaramó a su flamante Ferrari negro a unas cuantas reinas de belleza regionales, y algunas que alcanzaron a figurar en reinados nacionales, tal vez en el mismo de Cartagena.
Una mujer entre la mafia del Arte
En el listado de obras de Arte de la mafia, que administra la SAE, a nombre de «Rasguño» figuran dos retratos al óleo de «ALBERTO», el archiduque de Austria. Con imponente mirada, al personaje real se le ve posando de medio lado en uno, y de medio cuerpo en el otro. Inicialmente se dio por seguro que los retratos de ALBERTO fueron pintados por el gran RUBENS, aunque curadores del Museo del Prado aún lo dudan. Lo que sí está confirmado oficialmente, es que son originales del siglo 17, y que fueron creados en el mismo taller del pintor francés, posiblemente por uno de sus alumnos.
Cuadros incautados a «Rasguño»
Pero los dos cuadros más costosos en poder de la SAE, no fueron propiamente de hombres del narcotráfico. Pertenecieron a una mujer igual de delincuente: IVONNE ESCAF DE SALDARRIAGA, quien pasaría a la historia judicial de este país, como la primera mujer extraditada a Estados Unidos por pertenecer a una poderosa banda de narcos que traficaba desde la Guajira,. en asocio con la temible mafia rusa.
Dos cuadros del Maestro Obregón estaban en poder de mafiosa
Según la lista de la SAE, dos son del maestro Alejandro Obregón: «El Volcán», un Acrílico/ lienzo avaluado en 95 millones de pesos; y «Detalle de un Océano», con un valor de 85 millones.
Exposición de Arte?
Lo que la nueva administración de la Sociedad de Activos Especiales SAE planea hacer, a corto tiempo y teniendo en cuenta medidas especiales de seguridad y respaldo jurídico, es reunir todas estas obras de arte en un mismo sitio, ojalá en una exposición al público, como parte de la consolidación de la «Memoria Histórica» de la entidad, que deje una trazabilidad y constancia, sobre la forma como el descomunal poder económico de las mafias, especialmente las del narcotráfico, permearon todas las instancias de la sociedad colombiana y sus instituciones.
«Hasta donde me alcance el tiempo, desde la SAE voy a apoyar la Educación de los niños y jóvenes, no solo entregando predios para construcción de escuelas públicas y vehículos para transporte escolar, sino también con eventos como estas exposiciones. Es una forma aportar, PARA QUE LA HISTORIA NO SE REPITA«, expresa la doctora AMELIA PÉREZ PARRA, presidenta de la SAE.