A PROPÓSITO de la celebración del nacimiento de Jesús, muchos cristianos siguen preguntándose, qué pasó con los los doce apóstoles luego de que su Maestro regresara al Cielo y les dejara el encargo de proclamar Su Palabra y llevar su mensaje «por el resto de las naciones»?
Aunque duraron muchos años predicando la Palabra, viajando a diferentes países cercanos y lejanos, incluso otros continentes, los Apóstoles murieron tal como el propio JESUCRISTO les predijo: van a ser perseguidos y ultrajados y morirán por el Evangelio. Incluso PABLO, quien no estuvo desde el principio del apostolado, pero llegó a ser considerado el Apóstol 13, fue asesinado de forma tortuosa. Todos. salvo JUAN, murieron como mártires.
Este portal recoge un excelente compendio publicado en la cuenta X @elcaminodelogos por ENRIQUE VALTIERRA, en el que se detalla, caso por caso, lo que les ocurrió a cada uno de los apóstoles, según los estudios y publicaciones y fuentes religiosas, que datan de siglos atrás, pues en la Biblia no se hace referencia concreta sobre la suerte de los doce compañeros de Jesús, salvo el caso de ESTEBAN, que murió lapidado.
Los Mártires
Pedro.
En Roma, Pedro enfrentó la persecución de Nerón, conocido por su crueldad contra los cristianos. Condenado a la crucifixión, pidió ser clavado cabeza abajo, sintiéndose indigno de morir como su Maestro. Hoy, sus restos descansan bajo la majestuosa Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Andrés.
El hermano de Pedro estuvo predicando en Grecia y fue atado a una cruz en forma de X, donde permaneció dos días antes de morir. Durante ese tiempo, continuó hablando de Cristo a quienes se acercaban. Sus reliquias están en Patras, Grecia, y parte en Escocia.
Santiago el Mayor
Santiago fue el primero de los apóstoles en morir, decapitado en Jerusalén por orden de Herodes. Tras su muerte, su cuerpo fue llevado a España, donde descansa en la Catedral de Santiago de Compostela
Felipe.
En Hierápolis, Felipe fue arrestado tras convertir a la esposa de un alto funcionario romano. Fue crucificado, y la tradición cuenta que su predicación continuó hasta sus últimos momentos. Sus restos reposan en la Iglesia de los Santos Apóstoles, en Roma.
Bartolomé
En Armenia, Bartolomé fue desollado vivo y luego decapitado por proclamar el Evangelio en una región hostil. Sus reliquias están en la Basílica de San Bartolomé, en Roma.
Mateo
Mateo fue martirizado en Etiopía mientras predicaba entre los paganos. Lo apedrearon hasta la muerte, convirtiéndose en testigo fiel de su fe. Sus reliquias están en la Catedral de Salerno, Italia.
Tomás
En la India, Tomás fue asesinado por soldados locales mientras rezaba en una cueva. Fue atravesado por una lanza, dejando un legado duradero en las comunidades cristianas del sur de la India. Sus restos descansan en la Basílica de Santo Tomás, en Chennai.
Santiago el Menor
Líder de la comunidad cristiana en Jerusalén, Santiago fue arrojado desde lo alto del Templo por las autoridades religiosas y luego apedreado hasta morir. Sus reliquias se encuentran en la Basílica de los Santos Apóstoles, en Roma.
Simón
Simón fue martirizado en Persia, donde lo serraron en dos por negarse a renunciar a Cristo. Su sacrificio marcó la fe en una tierra hostil. Sus reliquias están en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Judas Tadeo
También asesinado en Persia, Judas Tadeo murió junto a Simón mientras predicaban juntos. Ambos descansan en la Basílica de San Pedro.
Matías
Elegido para reemplazar a Judas Iscariote, Matías murió decapitado por proclamar el Evangelio en Judea. Sus reliquias están en la Abadía de San Matías, en Tréveris, Alemania.
Juan
El único apóstol que no murió mártir. Vivió sus últimos años en Éfeso, donde escribió el Apocalipsis. Anciano y lleno de fe, murió de causas naturales. Sus reliquias están en la Basílica de San Juan, en Turquía.
Pablo
Aunque no formaba parte de los Doce, Pablo es considerado apóstol por su misión a los gentiles. Fue decapitado en Roma, honor reservado a ciudadanos romanos. Sus restos descansan en la Basílica de San Pablo Extramuros.