A PROPÓSITO DE LA SEMANA SANTA que terminó, si hay un famoso de la vida pública nacional al que se pueda equiparar con uno de los milenarios personajes bíblicos, es el excanciller ÁLVARO LEYVA DURÁN, a quien los internautas comparan con el tristemente célebre JUDAS ISCARIOTE, el símbolo universal de la traición.
Aunque nuestro LEYVA «ISCARIOTE» no le dio un beso en la mejilla a GUSTAVO PETRO (por lo menos no está documentado, que se sepa) en este caso podría decirse que sí le dio el abrazo de la traición, con su respectivo estrechón de manos. Pa la foto. El símbolo de la deslealtad venidera.
Y es que los comentarios a modo de memes que se ven en las redes, parecen tener soporte. No hay que olvidar que LEYVA se acomodó en la foto al lado del presidente como uno de sus «bastiones» fieles a su causa de la «Paz Total», lo que le sirvió para que fuera nombrado, nada menos, Canciller de la República. Pese a su antecedente «Godo«, buen amigo del «Establecimiento» y recostado sobre el hombro de varias causas políticas, mientras fue el Minrelaciones hablaba «Maravillas» de su patrón, desde la poltrona del poder y usufructuando los privilegios que semejantes cargos traen en su «Cajita Feliz».
Alargando el brazo, desde allí logró una de las cosas que más le ha gustado hacer: codearse con importantes mandatarios y figuras del mundo, aprovechando eventos llenos de lagartos de Frac, todos oficiales, por supuesto, en los que se preciaba de representar con orgullo a PETRO, el país de la biodiversidad y la política del cambio.
Pero, una vez fuera, expulsado, por cuenta de sus impertinencias en el trámite del proceso de contratación de los pasaportes, se le empezó a salir el «Judas» que lleva dentro, el verdadero «Leyva Durán» que muchos conocen, al punto de volverse un enconado enemigo de su otrora amigo, opositor de la misma causa que le dio de comer y por la que sacaba pecho en los viajes de avión, en primera clase, con recibimientos en limusinas y hasta carrozas de monarquías.
Este portal reproduce en su integridad, y con autorización de su autor, una magnífica y muy entretenida columna de opinión que, a manera de divertida crónica, escribió para el periódico EL QUINDIANO de Armenia, el veterano periodista y ex reportero judicial ÁVARO AYALA TAMAYO, quien poco a poco, a través de sus mordaces y acertadas reflexiones sobre la vida nacional, se está convirtiendo en uno de los opinadores más leídos y buscados en los medios por parte de la Opinión Pública del Eje Cafetero.
El periodista columnista Álvaro Ayala
La columna, precisamente titulada «EL JUDAS», recoge mucho de ese sentir del colombiano de la calle, que hoy día ve al excanciller como uno de los más protuberantes traidores de los varios que han llegado, solapados, a tomarse la foto, sin dejar ver «el puñal» puesto sobre la espalda de su jefe, el presidente PETRO.
«Para saber quién es el Judas colombiano simplemente hay que buscarlo en el gobierno del presidente Gustavo Petro Urrego. Si en alguna parte del mundo Judas dejó clones fue en Colombia. Estamos en Semana Santa y es hora de recogimiento, pero también de reflexión para conocer los daños causados.
Muchos son los señalados y también varios los reconocidos. Pero, hay uno que pecó y nunca rezó. El peor traidor desde el día 1 de este gobierno es Álvaro Leiva Durán. ¡Qué sujeto tan despreciable!
Haciendo historia porque la suya es larga, se le notaba el mal aliento desde La Uribe, Meta, a donde llegaba para abrazar a Tirofijo, Jacobo Arenas y Raúl Reyes. No los saludaba, se les arrodillaba como si se tratara del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Es cierto cuando Leiva dice que ha estado en todos los procesos de paz. También es verdad que como político y negociador es un pobre fracasado. Todo siempre a favor del grupo terrorista, nada para el pueblo ni la paz. A ese individuo se le debe en parte la desviación de las negociaciones, que no son de paz sino de traquetos disputándose los mercados. Todo lo de Leiva es con dolo y con intereses personales. Un mala sangre que ni los bichos lo pican porque se envenenan. Es uno de los arquitectos de esta guerra en donde los campesinos ponen los muertos y él reclama los viáticos.
Siempre se las ingenia para trabajar en todos los gobiernos. No tiene partido político ni principios. Su fin es conseguir puesto y figuración en las administraciones de turno. Decía que era godo y terminó arrodillado a la izquierda. Lo importante para Leiva es mostrarse con chófer y escolta en carro oficial.
A ese individuo no se le puede perdonar porque si sabe el daño que hace. No entendemos cómo un vivo y malicioso de la talla del presidente Petro, se deja engañar y enredar de tan peligroso burócrata de la paz. Ha estado en todos los sancochos de la paz y se los ha tirado porque solo pone la sal.
Salió a hablar mal de Petro y es tan indigna su actitud que ni la oposición recibe las críticas. Cuando estaba en el gobierno, Petro era inteligente, bonito y capaz. Ahora que lo echaron se la pasa trinando contra el jefe de Estado. Con Leiva no hubo última cena porque se tumbó el mercado.
Con su carreta pacifista ya debe estar hablado con dirigentes políticos y acomodándose para buscar puesto en el próximo gobierno. Si va al lavatorio de los pies, también le echan jabón y le cepillan su lengua.
Señor, aparta de la política a ese infiel.