En Bogotá, Colombia, un programa gubernamental llamado «Centros Amar» ha abierto 13 centros de aprendizaje y recreo para ofrecer una alternativa adecuada a las víctimas del trabajo infantil y la mendicidad en la ciudad. El programa es una pequeña solución a una situación mayor en Colombia, donde más de medio millón de niños son forzados a trabajar.
La historia de Samuel Martínez, de 12 años, es solo una de las muchas historias detrás de la realidad de los niños trabajadores en Bogotá. Samuel trabajaba limpiando parabrisas de coches en una esquina del sur de Bogotá, cuando fue abordado por un grupo de mujeres de los Centros Amar. Desde ese momento, Samuel acude diariamente a alguna de las 13 sedes en la ciudad, donde realiza actividades de aprendizaje y ocio en vez de trabajar en las calles o crecer en entornos inadecuados.
La situación del trabajo infantil en Colombia es preocupante. Según datos del último reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), medio millón de niños trabajan en el país, y en Bogotá, hay 63.000 niños víctimas de esta lacra, a pesar de que la ley 1098 de 2006 prohíbe el trabajo infantil, por medio de la expedición del Código de la Infancia y la Adolescencia.
Los Centros Amar de Bogotá atienden a 1.170 menores, como Samuel, que acuden todos los días a alguna de las 13 sedes en la ciudad. Allí, los niños realizan actividades de aprendizaje y ocio, como talleres de música, teatro, danza, deportes y clases de refuerzo escolar. Además, reciben atención psicosocial y se les brinda apoyo alimentario.
El programa ha sido posible gracias al trabajo conjunto de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS), un organismo del Gobierno de Bogotá, y la colaboración de empresas y organizaciones locales. La iniciativa ha demostrado ser un éxito en la ciudad, ya que ha logrado proteger y mejorar la calidad de vida de muchos niños y jóvenes que antes trabajaban en las calles.
Los Centros Amar son una gota en un océano de necesidades, pero su impacto positivo en la vida de los niños que atienden es incalculable. Los niños no deberían ser obligados a trabajar para sobrevivir y el Estado debe tomar medidas para garantizar su protección y bienestar. Programas como los Centros Amar deben ser replicados en todo el país para erradicar el trabajo infantil y brindar un futuro mejor para todos los niños en Colombia.