FOTO PARA EL RECUERDO, la que subió a sus redes sociales el director de la Policía Nacional, general William Salamanca, quien logró reunir a los últimos nueve jefes de la institución, muy vestidos de «everfit», sonrientes unos, mostrando canas otros y sus «panzas» los demás.
La fotografía de la que posiblemente sea la última reunión de estos altos oficiales, muestra al actual director rodeado de OCTAVIO VARGAS SILVA a su izquierda, seguido de JOSÉ DANIEL CASTRO y del polémico, acusado y destituido RODOLFO PALOMINO, por nexos con paras y corrupción en manejo de bienes incautados a la mafia.
A la derecha aparecen MIGUEL A. GÓMEZ PADILLA, quien era el jefe cuando fue capturado PABLO ESCOBAR; y el general ROSSO JOSÉ SERRANO, quien capturó a los hermanos RODRÍGUEZ OREJUELA, jefes del Cartel de Cali, durante el Gobierno SAMPER; y un poco alejado de los demás, se ve al general TEODORO CAMPO, quien llegó al poder d ela mano de ÁLVARO RIBE, quien lo «desempolvó» luego de haber pasad al retiro.
A espaldas de SALAMANCA figuran el general JOSÉ ROBERTO LEÓN RIAÑO, quien salió de la institución en medio de una polémica nacional, por haberse auto-condecorado y por condecorar a su hermano JANIO, también alto oficial. Y, un poco más atrás, se ve a LUIS ERNESTO GILIBERT, quizás uno de los oficiales que más evidencia su encanecido pelo, aunque conserva su figura delgada y su porte elegante. Este exgeneral es nieto de quien fuera el primer director nacional de la institución.
Llama la atención las ausencias de los exdirectores ÓSCAR NARANJO, que llegó a ser vicepresidente de la República de JUAN MANUEL SANTOS; así como la del destituido por corrupción ÓSCAR ATEHORTÚA; y del más reciente retirado, JORGE VARGAS VALENCIA, conocido como «el mono», hoy candidato a la Alcaldía de Bogotá; y de VÍCTOR DELGADO MALLARINO, jefe de la Policía durante la toma y retoma del Palacio de Justicia, en 1985.
También sorprende la forma física que aún conserva el general OCTAVIO VARGAS SILVA, a quien se le atribuye el trabajo operativo y de campo más importante para dar con el paradero de PABLO ESCOBAR, cuando era subdirector de la institución. Este histórico operativo lo lanzó a la Dirección, en reemplazo de GÓMEZ PADILLA. Un hijo suyo, coronel, estuvo a punto de llegar al Generalato, pero maniobras internas y montajes atribuidos al área de Inteligencia interna de la misma Policía, frustraron su ascenso a última hora.
El general Octavio Vargas Silva
Un experto en Fitsionomía (el arte de leer expresiones de rostros) podría deducir si aún en medio de este «Generalato en Retiro», aún sobreviven viejas contiendas, envidias, conflictos, llagas no curadas y hasta odios personales y denuncias mutuas de corrupción y narcotráfico que, varias veces, amenazaron la estabilidad de la institución que dirigieron.