ALERTA: Aunque a simple vista parece inofensivo y hasta hermoso y exótico, el cangrejo rojo americano es un visitante de nuestros ecosistemas acuáticos y terrestres muy peligroso que, ante la ignorancia casi generalizada de la población, puede incluso convertirse en un silencioso «asesino» al ser usado en la gastronomía, generando gravísimas consecuencias para la salud humana.
Antes de iniciar la Semana Santa que terminó este Domingo de Resurrección, la CAR Cundinamarca había advertido a la comunidad, turistas y viajeros del departamento, que se mantuvieran en alerta ante el incremento del consumo de carne de pescado, que en varias regiones incluye esta extraña especie.
«La advertencia se extiende a visitantes de los parques ecoturísticos ubicados en las partes altas de los ríos Bogotá y Suárez, para que se abstengan de manipularlos y protejan a las mascotas de su ingesta», señala una comunicación emitida por la CAR, y que aplica no solo para estas épocas de descanso y relax y viajes, sino también para cualquier momento.
Esta especie de cangrejo es peligrosa porque ataca directamente a los ecosistemas y porque afecta la salud humana y pone en peligro incluso a las mascotas que se encuentren en su camino.
El comunicado de la CAR
«La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca- CAR hace un llamado a los habitantes de los municipios ubicados en la cuenca alta del río Bogotá Valle de Ubaté para que se abstengan de consumir cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), también conocido como langostilla de río, cangrejo de pantano rojo o cangrejo de Louisiana, una especie invasora con efectos negativos en la salud humana y cuya presencia altera los ecosistemas y puede afectar especies nativas como el cangrejo sabanero.
El llamado de la autoridad ambiental no solo se da como antesala a la Semana Santa, época en la que se incrementa el consumo y venta de pescado y otras especies que hacen parte de la gastronomía tradicional religiosa, sino además por la presencia de estos individuos en lugares de esparcimiento y recreación como los parques ecoturísticos de la CAR ubicados en estas zonas, ante el riesgo que, para adultos, menores de edad y mascotas representaría su manipulación o ingesta.
l cangrejo rojo americano mide entre 10,5 y 12 centímetros, pesa alrededor de 45 gramos. Su cuerpo tiene forma cilíndrica cuyo color en edad adulta es de un rojo intenso y algunas veces toma tonalidades cafés. Es una especie con una alta tasa de fecundidad que alcanza a poner entre 200 y 500 huevos y su reproducción es altamente resistente a aguas de mala calidad y bajas concentraciones de oxígeno.
La CAR cuenta con información técnica suficiente y detallada para generar alertas tempranas que permitan frenar los impactos sobre las personas que por desconocimiento la consuman o los animales que de manera instintiva la ingieran como cualquier otro alimento.
Una extranjera indeseable
Esta especie llegó a Colombia en 1985 proveniente de Estados Unidos con fines de investigación como parte de un proyecto particular en el municipio de Palmira, Valle, pero fue liberada en forma accidental y desde entonces se ha expandido rápidamente a otras zonas del país.
Los análisis realizados por la CAR a partir de trabajo de campo y fuentes secundarias dan cuenta de la presencia de este crustáceo en por lo menos 8 municipios ubicados en el valle de Ubaté, particularmente en la laguna de Fúquene, así como algunas zonas pantanosas y humedales de la cuenca alta del río Bogotá.
Esta especie puede afectar seriamente el equilibrio natural de las zonas que habita, pues es vector de diferentes virus y enfermedades letales para otras especies de cangrejos nativos por la cantidad de patógenos y parásitos que alberga en su cuerpo.
Es un efecto dominó, pues la langostilla se alimenta de moluscos, renacuajos y platelmintos, entre otros, pero al mismo tiempo, algunas aves, insectos, peces y mamíferos como el chigüiro, pueden devorar uno de estos cangrejos, convirtiéndose de inmediato en huéspedes de enfermedades y virus.
Se sabe además que si una persona o un animal doméstico (gato o perro), come uno de estos crustáceos puede llegar a presentar complicaciones en vías digestivas y respiratorias de consecuencias severas y a veces letales.
El riesgo aumenta si se tiene en cuenta que este cangrejo tiene alta adaptación en aguas contaminadas y su capacidad de generar alteraciones en poblaciones de especies nativas es alta. Adicionalmente, sus hábitos de propagación en madrigueras que instalan en orificios en las paredes de los cuerpos de agua, alteran y modifican los ecosistemas acuáticos.
Por todo ello, en el nuevo Plan de Acción Cuatrienal de la CAR se busca fomentar las líneas de investigación, conocimiento, educación, control y manejo de esta especie, lo cual requiere el concurso de varios actores institucionales y de la propia comunidad para detener de manera efectiva el crecimiento de poblaciones de cangrejo rojo americano en la jurisdicción.
Cómo identificar al invasor
“Invitamos a las autoridades municipales, sanitarias y a la comunidad de los municipios ubicados en las cuencas alta y media del río Bogotá y el río Suárez a apoyar las acciones de la CAR evitando por cualquier medio alimentar, manipular, capturar o consumir cangrejo rojo americano y a reportar de manera oportuna la presencia de alguno de estos animales en la zona.”, afirmó el director de Innovación de la CAR, Julio César Pulido Puerto.
Coloración roja por lo general, aunque puede presentar tonalidades verdosas o marrones.
En la parte dorsal del cefalotórax presenta dos surcos longitudinales unidos o ligeramente separados. Longitud total en adultos de entre 5,5 y 12 cm. Presenta pinzas muy espinosas»