En un inesperado giro de los acontecimientos, el presidente Gustavo Petro se encuentra en medio de una tormenta de controversia, acusado de perjudicar a las EPS con el propósito de forzar la aprobación de la esquiva reforma a la salud en Colombia.
A pesar de sus declaraciones públicas sobre la puntualidad en los pagos a las EPS, críticos aseguran que la situación es mucho más compleja de lo que parece. Según informes recientes, tres de las principales EPS del régimen contributivo – Sanitas, Compensar y Sura – han emitido una carta conjunta advirtiendo sobre la inminente dificultad de continuar operando en septiembre debido a la grave crisis financiera que atraviesa el sector.
Han informado tres EPS que tienen problemas de liquidez porque la ADRES no les paga.
Eso no es cierto.
El gobierno nacional decidió elevar el valor de Unidad de Capitación, base con que se paga a las eps multiplicada por el número de sus afiliados. Este aumento fue del 16,2%…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) August 23, 2023
Los datos son contundentes: más de 13 millones de usuarios podrían quedar en el limbo de la atención médica ante la amenaza de cierre de estas EPS. Las pérdidas acumuladas hasta el 2022 alcanzan la asombrosa cifra de 572.000 millones de pesos solo en estas tres empresas. Estos números han sido respaldados por la presidenta de Gestarsalud, Carmen Eugenia Dávila, quien, aunque defiende la gestión de las EPS en zonas desfavorecidas como La Guajira, admite que la situación es insostenible debido a factores más allá del control de estas entidades.
Todos los niños muertos por desnutrición en la Guajira estaban afiliados a Eps. De 39 niños muertos, 17 estaban afiliado a una eps que pertenece a una familia. Esta Eps concentró recursos del régimen subsidiado que le entregaba el estado a la sobrevaloración de servicios del…
— Gustavo Petro (@petrogustavo) August 23, 2023
El presidente Petro ha levantado aún más polémica al respaldar la postura de su ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, quien desestimó las advertencias de las EPS como una forma de presión. Petro insiste en que, a pesar del aumento del presupuesto del sector en un 25%, el número de quejas por el servicio ha alcanzado los 1,3 millones. Además, acusa a las EPS de concentrar los pagos en lugares cercanos a los propietarios y administradores, dejando desatendidas a otras áreas y subfacturando servicios, lo que resulta en una deficiente atención.
Las críticas hacia el presidente no se han hecho esperar. Voces disidentes sugieren que Petro podría estar manipulando la situación para acelerar la aprobación de la reforma a la salud, usando la crisis financiera de las EPS como excusa para justificar cambios profundos en el sistema. Sin embargo, los detractores también argumentan que el sistema de salud enfrenta desafíos estructurales que deben ser abordados de manera integral y que culpar exclusivamente a las EPS podría ser una simplificación peligrosa.
La incertidumbre y la tensión persisten mientras el país espera conocer el verdadero desenlace de esta controversia. ¿Se trata de una estrategia política de Petro para impulsar su agenda de reforma, o existe una crisis real que amenaza la continuidad de la atención médica para millones de colombianos? La respuesta aún está por verse en lo que se avecina como un capítulo crucial para el sistema de salud en Colombia.